Lucy y Maui son dos perezosos de dos dedos tranquilos y gentiles que ahora disfrutan de una vida tranquila juntos. Ambos tuvieron accidentes relacionados con cables eléctricos, lo que provocó lesiones graves y la pérdida de algunas extremidades. Aunque no pueden regresar a la naturaleza, están a salvo y bien cuidados. En estos días, pasan su tiempo relajándose en los árboles, tomando siestas y explorando lentamente su nuevo hogar.


A Cristiano lo sacaron de la naturaleza cuando era solo un bebé y lo tuvieron como mascota. Desafortunadamente, le dieron el tipo de alimento incorrecto, lo que con el tiempo le causó problemas óseos. Ahora, con un plato en la cadera y la mandíbula y chequeos regulares de los riñones, Cristiano recibe la atención médica que necesita. Es posible que no pueda volver a vivir en la naturaleza, pero está ganando fuerza y viviendo una vida tranquila y protegida.
Ronaldinho es un margay —un pequeño gato montés con manchas— que fue rescatado del tráfico ilegal. Aunque uno de sus riñones no funciona, le va bien con los chequeos regulares. Ahora pasa sus días en un espacio seguro, donde puede descansar, escalar y disfrutar de la vida tranquila que se merece.


Lily es una coyote con un espíritu fuerte. Después de que la sacaran de la naturaleza y la tuvieran como mascota, acudió al centro de rescate para recibir atención. Ahora tiene algunos problemas de salud, incluidos tumores, pero gracias al tratamiento regular, se siente cómoda y bien cuidada. Ha encontrado un lugar tranquilo para disfrutar de la vida, rodeada de personas que la cuidan profundamente.
Margaret es otra coyote que vino de Limón, donde la habían mantenido en un cuarto oscuro durante gran parte de su vida. Ahora está sana y segura, aunque está demasiado acostumbrada a estar rodeada de gente como para regresar a la naturaleza. A Margaret le gusta explorar su espacio, observándolo todo de cerca con ojos brillantes y curiosos.


Jack y Rose son monos capuchinos de cara blanca con grandes personalidades e historias únicas. Jack tuvo un comienzo difícil: lo tuvieron como mascota, lo maltrataron y lo alimentaron tan mal que perdió todo su pelaje. Al principio le temía a los humanos, pero desde que llegó al centro de rescate, poco a poco está aprendiendo a sentirse seguro de nuevo. Rose, por otro lado, creció rodeada de personas y se convirtió en un poco también cómodo con ellos. A menudo se la veía deambulando por las casas de un parque nacional en busca de comida y atención. Por eso, no podía quedarse en la naturaleza. Ahora, tanto Jack como Rose viven en el centro de rescate, donde pueden jugar, explorar y disfrutar de la vida en un lugar que realmente entiende sus necesidades.
Candy es una mona capuchina mayor que ha pasado por muchas cosas, pero destaca su naturaleza amable y tranquila. Tras ser rescatada de unas condiciones precarias, perdió un dedo debido a una antigua lesión, pero no deja que eso la detenga. Candy ahora vive una vida tranquila y cómoda, rodeada de personas que se aseguran de que reciba la atención que necesita.


Caillou venía de un santuario cerrado, donde no había recibido la atención ni la comida adecuadas. Tenía un peso inferior al normal y tenía algunos problemas en las piernas. Pero con una dieta adecuada, mucho amor y atención médica, ahora está mucho mejor. Caillou es activo y juguetón, y su salud sigue mejorando día a día.
Mandarino es un kinkajou con mente propia. Tras ser puesto en libertad en tres ocasiones diferentes, siempre encontraba el camino de vuelta al centro de rescate. Finalmente, lo trasladaron a un nuevo centro donde podría quedarse para siempre. Es evidente que Mandarino sabe lo que le gusta, y ahora tiene un hogar seguro, comida en abundancia y personas que lo cuidan.

Liberar a los animales salvajes de vuelta a sus hábitats naturales no es solo un objetivo, es la esencia de lo que hacemos. En nuestro centro de rescate de vida silvestre en Costa Rica, cada paso del proceso se guía por la ética, la ciencia y la compasión, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y Energía (MINAE).





Si encuentra un animal salvaje en peligro, llámenos al +506 6048 1115 o póngase en contacto con el MINAE de inmediato.
La repoblación silvestre nunca es apresurada, especialmente para los bebés criados a mano, como los perezosos o los monos:
• Falta de entrenamiento de supervivencia: los huérfanos no aprenden de sus padres, por lo que debemos simular tanto como sea posible.
• Consideraciones genéticas: la liberación de animales sin entender la genética de las poblaciones puede causar daños a largo plazo.
• Límites de monitoreo: los bosques densos y los recursos limitados pueden hacer que el seguimiento del seguimiento sea extremadamente difícil.
Por eso, en raras ocasiones, elegimos el cuidado permanente en un santuario cuando la liberación no es ética o biológicamente apropiada.
Reserve su aventura de voluntariado hoy mismo y emprenda un viaje que promete un impacto significativo, un crecimiento personal y recuerdos inolvidables en nuestro centro de rescate.
Voluntario


