Nuestra historia

El profundo compromiso de Vanessa Lizano con la protección de las tortugas marinas la llevó a la playa Moín en Limón, Costa Rica, donde trabajó incansablemente para proteger los nidos de tortugas de la caza furtiva ilegal. En 2013, su amigo íntimo y colega conservacionista, Jairo Mora Sandoval, perdió trágicamente la vida mientras patrullaba por la noche. Este devastador evento puso de relieve los crecientes peligros a los que se enfrentan los ambientalistas en la región.

Tras la muerte de Jairo, Vanessa continuó con sus esfuerzos de conservación, pero los desafíos se intensificaron. La expansión del puerto de Limón introdujo obstáculos adicionales, como el aumento de la actividad humana y el desarrollo, lo que interrumpió los sitios de anidación de las tortugas. La combinación de estos factores hizo que a los voluntarios les resultara más difícil proteger los huevos y mermaron el impulso de las iniciativas de conservación.

En 2020, con el apoyo inquebrantable de su hermana Laura, Vanessa reavivó su misión al fundar un nuevo centro de rescate de vida silvestre. Este nuevo comienzo les permitió crear un espacio seguro y ético para que los animales se curaran y regresaran a la naturaleza, al tiempo que educaron al público sobre la conservación y el turismo responsable.

En la actualidad, el centro está dirigido por un equipo apasionado de personas que aportan su experiencia y dedicación a todos los aspectos del cuidado de la vida silvestre. Cada miembro desempeña un papel crucial para garantizar que los animales reciban el mejor tratamiento posible y que la misión del santuario siga creciendo.

Rescue Center Costa Rica opera como una organización sin fines de lucro dedicada a rescatar, rehabilitar y liberar la vida silvestre herida o desplazada. El centro depende del apoyo de voluntarios y donantes para mantener sus operaciones. Ha recibido permisos oficiales del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) de Costa Rica para funcionar como centro y santuario de rescate de animales.